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Ahorradores de Came: “esto fue un fraude, ¿dónde está todo mi dinero?”

Ahorradores de Came: “esto fue un fraude, ¿dónde está todo mi dinero?”

El reciente anuncio de la liquidación de Came, una de las Sociedades Financieras Populares (Sofipo) más grandes de México, ha dejado a más de un millón de ahorradores en la incertidumbre. Para muchos clientes, la medida representa no solo la pérdida parcial de su patrimonio, sino también la confirmación de lo que desde hace meses denunciaban: “esto fue un fraude”.

Las voces de los afectados son contundentes. Algunos reclaman que se trata de un caso similar al de Ficrea, ocurrido hace casi una década, y señalan a las autoridades por su indiferencia y falta de respuestas claras.

El caso de Came comenzó a dar señales de alarma a principios de 2024, cuando la financiera dejó de entregar información a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). A pesar de que contaba con más de 1,600 millones de pesos en recursos del público, la institución empezó a cerrar sucursales y a negar el acceso a los ahorros de sus clientes.

Desde enero, miles de personas denunciaron que no podían retirar su dinero. El descontento creció hasta que, en marzo, la situación se volvió insostenible y un grupo de afectados comenzó a protestar frente a las oficinas de la CNBV y de otras dependencias, incluyendo la Secretaría de Gobernación.

El 24 de abril marcó un punto de inflexión. Ese día, decenas de ahorradores se manifestaron por primera vez de manera organizada, exigiendo respuestas. Durante una mesa de diálogo, funcionarios de la CNBV reconocieron que habían detectado irregularidades desde el 10 de marzo.

Lo más grave, según los propios afectados, fue que Came siguió recibiendo depósitos y otorgando créditos incluso cuando ya estaba bajo observación. Para los ahorradores, esta omisión es la prueba más clara de que las autoridades actuaron tarde y permitieron que el daño patrimonial se extendiera.

Tras semanas de movilizaciones, la CNBV decidió intervenir a Came el 13 de junio, argumentando que existían “irregularidades contables que ponían en riesgo los intereses de los ahorradores”. Sin embargo, la intervención no trajo calma. Por el contrario, las protestas se intensificaron y los afectados incluso acudieron a la convención de la Asociación Mexicana de Sofipos en Morelos, donde solo recibieron palabras de “escucha” como forma de apoyo.

La presión social y legal ejercida por los ahorradores llevó finalmente a la revocación de la licencia de Came y a su liquidación. Con esta medida, entra en acción el seguro de depósito, que garantiza la devolución de hasta 213 mil pesos por persona.

Aunque la liquidación asegura cierta protección, para miles de familias la medida es insuficiente. Voceras como Edna Ávila y Lizbeth Morales afirman que sus ahorros superan por mucho el monto que cubre el seguro. Para ellas, la crisis representa no solo pérdidas económicas, sino también un profundo desgaste emocional.

“Han sido seis meses de infierno, de no dormir, de vender lo poco que te queda”, declaró Morales. Ávila, por su parte, insiste en que “esto no es una quiebra, es un fraude” y que no se puede permitir que otra Sofipo repita el mismo camino de Ficrea.

El malestar se alimenta también de la percepción de indiferencia de las autoridades. Los ahorradores reclaman que la CNBV actuó con retraso, lo que permitió que Came continuara captando recursos hasta semanas antes de su intervención.

Ahora que Came está oficialmente en liquidación, los clientes podrán iniciar el trámite para recuperar hasta el tope asegurado. Sin embargo, el desafío para quienes tenían montos superiores será mayúsculo. Muchos han anunciado que continuarán con acciones legales contra la CNBV y exigirán que se investigue el paradero del dinero faltante.

Además, la salida de Jesús de la Fuente Rodríguez de la CNBV, sustituido en septiembre por Ángel Cabrera, genera dudas sobre la continuidad y la transparencia del proceso. Los ahorradores quieren no solo recuperar lo que les corresponde, sino también que se sancione a los responsables de lo que consideran un fraude financiero a gran escala.

El caso Came es otro golpe a la confianza de los mexicanos en las Sofipos, instituciones creadas para acercar servicios financieros a la población. Aunque el seguro de depósito brinda cierta seguridad, la repetición de casos como Ficrea y ahora Came plantea dudas sobre la eficacia de la supervisión regulatoria.

Para muchos, el mensaje es claro: el riesgo sigue siendo alto cuando se trata de invertir los ahorros en instituciones pequeñas, aun cuando cuenten con autorización oficial. El reto para las autoridades será reconstruir la confianza perdida y garantizar que no se repita otro caso de esta magnitud.

La liquidación de Came marca un episodio doloroso para miles de ahorradores en México. Mientras algunos podrán recuperar parte de su dinero gracias al seguro de depósito, muchos otros enfrentan pérdidas irreparables. El reclamo de fondo sigue siendo el mismo: ¿dónde está todo el dinero?

Más allá del proceso legal y financiero, este caso refleja la necesidad urgente de fortalecer la supervisión, garantizar mayor transparencia y proteger de manera efectiva a los ciudadanos que depositan su confianza —y su patrimonio— en estas instituciones.

La Verdad Yucatán

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